Edipo siguió su camino como si nada, acababa de matar a su padre sin saberlo y fresco el muchacho. Por
el camino le salió un engendro llamado La Esfinge que era cuerpo de león y cabeza de mujer, un castigo de la diosa
Hera contra Tebas y no se sabe porqué. El bicho ese preguntaba a los viajeros
una adivinanza y si no la resolvían los aventaba a un abismo el hijuemadre
donde se amontonaban los esqueletos de sus víctimas.
El acertijo era este:
¿Cuál es el animal que anda en cuatro patas al amanecer, en dos a medio día y
en tres por la noche? Edipo se sonrió y le dijo: pues el hombre, cuando bebé
anda en cuatro, crece y camina en dos y en la vejez se apoya en un bastón? Como
esa era la respuesta La esfinge se arrojó al abismo y se mató. Mientras tanto
en la ciudad se sabía la noticia de la muerte de Layo y la de la Esfinge. El
rey encargado decretó que el que matara al monstruo sería coronado, así que
nada más entrar Edipo lo cargaron en hombros como a un héroe y lo llevaron al
palacio donde lo coronaron y le presentaron a la reina.
Recuerden que esta era
Yocasta y era la madre biológica de Edipo pero este no lo sabía y se enamoró de
ella y se casaron y dele que dele a la cuestión que tuvieron cuatro hijos, como
para una telenovela, ¿no les parece? Dos hombres: Etéocles y Polinice, luego dos mujeres: Itsmenia y Antígona. Algo pasaba
en el Olimpo porque los dioses no hacían sino mandar desgracias sobre Tebas y
nadie sabía por qué. Pero recuerden que
los griegos tenían Fe absoluta en el Oráculo, así que Edipo se fue a
consultarlo.
La respuesta fue
sencilla pero Edipo no sabía que hacer. Dijo el adivino que mientras siguiera
vivo el asesino de Layo las desgracias seguirían. Y busque por todas partes
hasta que otro oráculo dijo que Edipo era el asesino y por derecha se vino a
enterar que era su propio padre. Ahí si fue la tragedia completa. Yocasta tenía
cuatro hijos con su propio hijo que a la vez eran sus nietos y Edipo tenía
cuatro hijos que a la vez eran sus hermanos. La pobre mujer quitó una sábana de
la cama y con ella se colgó de una viga del techo. Cuando Edipo supo la
historia se sacó los ojos con su propio cuchillo. En esa época no existían los periódicos
ni noticieros sensacionalistas que si no, hubieran llenado primeras páginas.
Y miren que los malos
hijos no son invento de esta época, Eteocles y Polinice, sus dos hijos varones
con Yocasta lo sacaron ciego a patadas y hasta le echaron los perros para que
se fuera más rápido. El pobre no sabía que hacer pero siempre hay una mano
caritativa en el camino y esta se la dio su hija Antígona que lo acompañó hasta
el final de su vida. De esta historia nace lo que llaman los psicólogos el
complejo de Edipo pero creo que le dedicaré otro artículo.
Edgar Tarazona Angel
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