De este mito
hay varias versiones y les voy a dar las tres más populares
Versión primera:
Es la que escuchamos
desde niños y se encuentra en muchas antologías de cuentos infantiles. Dice que
en un lejano país, llamado Grecia, vivía un rey muy codicioso que solo soñaba
con las riquezas y el oro; su otro amor era una hermosa hija que amaba sobre
todas las cosas pero no por encima de las riquezas terrenales.
Un día se le apareció un genio que le concedió el mayor deseo
que tuviera y el rey Midas pidió que todo lo que tocara se convirtiera en oro;
el espíritu le concedió el deseo pero
primero le advirtió que lo pensara bien; el rey le confirmó que ese era su
deseo. Para comprobar que tenía el poder de transformación empezó a tocar todo
lo que se encontraba a su alrededor y, en efecto, las cosas se volvían del
metal dorado.
Pero, con el paso de las horas sintió hambre y sed y pidió a
sus sirvientes comida y bebida, su sorpresa fue tremenda al ver que el vino,
los pasteles, los platos, las copas, las ensaladas, los postres se volvían de
oro reluciente. En este momento se dio cuenta de su error y llamó al genio y
claro, este no respondió. A sus gritos acudió su hija amada que lo abrazó y al
instante quedó transformada en una hermosa estatus del metal precioso.
El rey Midas lloró desesperado y cuenta la leyenda que murió
de hambre, sed y dolor porque en pocos días sin comer ni beber su cuerpo se
debilitó y su alma dolorida no pudo soportar la pérdida de su amada hija.
Edgar Tarazona Angel
No hay comentarios:
Publicar un comentario