martes, 24 de mayo de 2016

FAETON. UN PÉSIMO CHOFER DEL OLIMPO


ESTE muchacho es hijo de Helios, el sol y de Climene. Su nombre significa radiante o brillante. Afrodita, la diosa de la belleza y el amor, lo convirtió en el guardián nocturno de sus santuarios y por derecha lo hizo su amante, como quien dice, hizo lo uno para conseguir lo otro. Bueno eso es lo que yo pienso, claro que cuando ya estaba grande, no vayan a creer que la diosa era asalta cunas. Los dos tuvieron un hijo llamado Astino que significa estrella de la mañana y de la tarde.
 Siempre fue un niño consentido y malcriado y cuando crecido le dio el berrinche de conducir el carruaje del sol. Explico, los griegos creían que el sol iba en un carruaje tirado por caballos desde el amanecer hasta el anochecer y el conductor o chofer de la época era Helios, el papa de Faetón. Como todo joven malcriado de todos los tiempos, presumía ante sus amigos que su padre era el conductor del sol pero estos no lo creyeron. Le dijo a su padre que le prestara el carro, o sea donde iba el sol, para demostrarle a los otros pendejos que era cierto. Y como todo padre que se la deja ganar de su hijo (como ocurre ahora con esos que le sueltan el BMW o el Mercedes y su niñito termina contra un poste o un muro, y a veces contra otro vehículo) le dijo que bueno y esta es la gracia de esta historia.
El día que cogió las riendas y el coche empezó a elevarse por los cielos el pendejo se asustó y perdió el control de los caballos, blancos por cierto, se me había olvidado este detalle. Lo cierto fue que primero empezaron a subir a toda velocidad y la tierra se enfrió, después bajaron demasiado y la vegetación quedó completamente seca y ardió por todas partes, dicen que por eso gran parte de Africa es desierto. También dicen que los negros son de ese color porque se les quemó la piel ese mismo día.
Cuando Zeus se dio cuenta, como siempre se enojó, recuerden que era un viejo cascarrabias y para frenar el carro lo hizo de la manera más tierna y cariñosa; le mandó un rayo y claro, el carruaje cayó desde los cielos a un rio donde se ahogó Faetón. Por curiosidad el rio ere el Eridano que ahora se llama PO y sale siempre en los crucigramas. Uno de sus amigos llamado Cicno lloró y se apenó tanto que los dioses lo transformaron en cisne. Sus hermanas también fueron convertidas en Alamos, árboles que no existen por estas tierras.
No sé si recuerden a Ícaro, otro muchacho desobediente que también se fue de culo contra el mundo por querer hacer su voluntad. No digo moralejas porque al fin y al cabo en este momento cada quien hace lo que se le da la gana. Eso no es bueno pero así es.

Faetón debe ser el patrono de todos los choferes matones que se creen dueños de las carreteras, por lo menos en algunos países y como hacen lo que les viene en gana terminan mal. Lo malo es que muchas veces no les pasa nada a estos faetones modernos pero si a víctimas inocentes.

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