sábado, 26 de marzo de 2016

EL VELLOCINO DE ORO


Primero quiero contarles que es un vellocino; cuando leí por primera vez la historia de este vellocino pensé que era el cuero de la oveja pero no, es la lana que resulta de esquilarla o, mejor dicho la lana total. Ahora si puedo empezar la historia.
Hace siglos también los maridos se aburrían de la esposa legítima y se iban con la primer fufurufa que se les atravesaba por el camino; pues el rey de esta historia estaba casado con Nefele y se fue con Ino. Con la primera tenía dos hijos, un varón llamado Frixo y una niña, Hele. La tal Ino era bien mañosa y marrullera y se imaginó que cuando Frixo creciera iba a reclamar el trono que se imaginaba para ella, entonces la hijuemadre vieja hizo tostar todas las semillas de trigo que tenían para sembrar ese año para que no hubiera cosecha.
Recuerden que los griegos no hacían nada sin consultar el oráculo, así que Ino, la moza del rey, le dio oro al oráculo para que dijera lo que a ella le convenía y era que debía sacrificar al niño para que brotara el trigo, que tal la desgraciada como diría la señorita Laura. El pueblo hambriento le pidió al rey que cumpliera la orden del oráculo y el pobre viejo lo envió  al sacrificio. Pero como esto es mitología y todo puede pasar, cuando el verdugo le iba a dar la puñalada mortal, apareció volando un cordero amarillo con alas que lo llevó por los aires y sobre su lomo ya estaba acomodada Hele, la hermanita de Frixo.
Hermes, el mensajero del Olimpo era el que mandó este ovejo porque Nefele la mamá de los niños le rogó que los salvara de las garras de la amante de su marido; la bendita niña era hiperactiva y por estar brincando encima del animal se cayó al mar y se ahogó, ese pedazo de mar recibió el nombre de Helesponto que significa el mar de Hele. Fuera de llorar y gemir el animal y el niño no podían hacer nada más asi que siguieron volando hasta un país llamado Cólquida donde el rey los recibió con todas las de la ley, que no se cuales son pero supongo que los recibió muy bien.
Pasado el tiempo el rey de nombre Eetes casó a Frixo con una de sus hijas y este en agradecimiento mató al ovejo y yo me pregunto, ¿qué mal le hizo el animalito a este pendejo para que lo sacrificara? Es como el chiste de la mujer que le dice al marido que de aniversario va a matar el pavo que tienen engordando y el maride le dice qué culpa tiene el pavo y más bien mate al hermano que fue el que los presentó. Bueno, pues muerto el ovejo Frixo hizo curtir el cuero y resulta que el color amarillo de la lana eran hebras de oro puro y se lo regaló al suegro. El viejo hizo colgar este cuero de un árbol y puso un dragón a cuidarlo. Esta es la leyenda del Vellocino de oro.
Yo soy muy metiche y mal pensado, ¿cómo es que un regalo tan lujoso no se coloca en la pared de un salón del palacio para que puedan admirarlo muchas personas y se cuelga en un árbol donde solo puede verse desde lejos por miedo a un terrible dragón? Es como comprar un cuadro de Picasso y colgarlo de la pared del solar. Como ahora no abundan los solares les explico a los jóvenes que los desconocen que son lotes grandes que existían detrás de la vivienda y donde se hacía la huerta casera y otras necesidades.

edgar tarazona angel

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