La música no podía faltar en el
Olimpo y el encargado de esta actividad era un artista llamado Orfeo, cantante,
músico y compositor. Tenía la categoría de semidios por ser hijo de Apolo el
dios de las artes y las letras y Calíope, musa de la poesía narrativa. Eso dicen
los más autorizados porque los chismosos dicen que su padre era Eagro, un rey
de tantos que abundaban por esos lados.
El muchacho era tan excelente que
cuando interpretaba sus composiciones con la lira y su voz, conmovía toda la
naturaleza y hasta las piedras lloraban emocionadas, conste que esto no me lo
invente, eso dice la tradición. Esa capacidad de emocionar y calmar a quien lo
escuchara hizo que lo invitaran a muchas peleas y batallas porque empezaba con
su música y los contendientes se olvidaban de las armas y se embelesaban oyendo
sus notas, algo así como cuando cantaba Diomedes Díaz a sus seguidores, claro
que cuando se callaba volvían a darse en la jeta, igual que cuando Diomedes incumplía
un contrato y no se presentaba.
Al regreso del viaje de los
Argonautas (después les cuento esa historia) se enamoró de la ninfa Eurídice en
Tracia, sentimiento correspondido y de una concertaron el matrimonio, yo no sé
porque la muchacha el día de la boda salió huyendo de un apicultor de nombre
Aristeo; o le debía algo o le tenía miedo por algún secreto, lo cierto es que
una culebra la picó en el talón y eso le causó la muerte. Yo creo que Orfeo es
el santo de los músicos del despecho que tanto abundan en Colombia porque
empezó a llorar y gemir pero sin aguardiente de por medio. Bajó al mundo de los
muertos y sus cantos conmovieron a Hades, el dios de los muertos y tenían tanto
sentimiento que las almas comenzaron a llorar a moco tendido, no solo las
buenas sino las almas malas que estaban en el Tártaro. Hades quedó tan
impresionado que le dijo: “Llévese su amada pero con la condición de no mirar
hacia atrás hasta haber salido de allí. Como siempre ocurre, hasta en la
sagrada Biblia (recuerden a Edit, la mujer de Lot que por curiosa quedó
convertida en estatua de sal) en este caso también Eurídice que caminaba
despacio, por la mordedura de la serpiente, se retrasó mucho y Orfeo preocupado
volteó a mirar que pasaba y se jodieron los dos;
Ella se desvaneció en el aire y retornó al
mundo de los muertos y Orfeo porque de
nuevo se quedó solo como un pendejo. Después de llorar un rato quiso volver
donde Hades pero Caronte, el barquero de la laguna Estigia no quiso llevarlo al
otro lado. El pobre músico estuvo siete días a la orilla de la laguna gimiendo
y llorando como hacen los despechados de todo el mundo y como no le valió de
nada regresó a Tracia, a su hogar, donde decidió no tener nada con mujeres y
más bien dedicarse a los hombres, como también ocurre ahora en muchos casos.
Los músicos siempre tienen
admiradoras y este no es la excepción, las Ménades eran una muchachas facilitas
que habían retozado con Orfeo en el pasado se enfurecieron cuando quisieron
revolcarse con él y las despreció; se le echaron encima y lo despedazaron (esto
también se puso de moda en Colombia) y solo dejaron intacta su cabeza que cayó
al rio Hebro con su lira que flotaron hasta el mar mientras el instrumento no
dejaba de sonar. Dicen algunos que la lira pronunciaba sin cesar el nombre de
Eurídice y como no hay testigos que digan lo contrario toca creerles… hasta que
llegaron a la isla de Lesbos, que prestó su nombre a las lesbianas (Esto es
otra historia).
La lira subió a los cielos y formo
una constelación de estrellas que lleva su nombre. El alma de Orfeo encontró a
Eurídice en el mundo de los muertos y desde entonces moran en los Campos
Elíseos, el paraíso de los muertos griegos. (Ojo, no son los campos Elíseos de
Paris donde termina el Tour de France). Muchos conjuntos musicales llevan el
nombre de orfeón en honor de este semi dios. Yo conozco un orfeón más
desafinado que una banda papayera y espero que sea la excepción.
Jajajajaja muy buenooooo compa muy severo tu blog Historia antigua con el comentario y el humor de un colombiano. Así de hace
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