Zeus y Hera solo procrearon un hijo al que llamaron ARES que
en Roma recibió el nombre de MARTE y es el dio de la GUERRA. Según lo que se
era un matón desde niño, de esos que en kínder llaman a la mamá todos los días
a darle quejas porque les pega a los compañeros, les quita la merienda, tira el
pelo de las niñas y todo eso que hacen los niños malcriados. Creo que hasta su
madre Hera le tenía fastidio y que no le daba pecho sino espalda, como sería de
mala entraña.
Pero como todos los seres vivos creció y se enredó con Belona, la diosa de la guerra, con Eris,
la diosa de la discordia y con cuanto malasangre encontraba en el Olimpo y sus
alrededores ¿ah, Como la ven? y de alguna de esas uniones nacieron dos
criaturitas de la misma calaña que su padre Ares. Estos dos fueron Deimos y
Fobos, que ahora son dos satélites del planeta Marte. Y pasando el tiempo pasó
lo que siempre ocurre desde esos tiempos hasta ahora.
Me explico; las mujeres dicen que les gustan los hombres
detallistas, decentes, caballerosos, corteses y llenos de virtudes… y siempre
se enredan con al más gamín y mala clase que encuentran; pues aquí también
ocurrió lo mismo. La más linda del Olimpo, o sea Afrodita (la Venus de los
romanos) se enamoró de este mata siete. Afrodita estaba en un despecho el
hijuemadre pero esta es otra historia, de manera que vio pasar a Ares, que
entre otras cosa era un malo con buena presencia y le hizo una señita para que
la viera y quién dijo miedo. De una se pegaron una traga como para canción
popular, pero ella era casada, como es común en estas canciones…
Pues el vigilante de la bella era ni más ni menos que Helio,
el sol. Y la pareja se las ingeniaba para darle al asunto que sabemos entre la
cama solo de noche. Y como pueden suponer, una noche se les fue la mano en
trago y sexo y les cogió el sueño y el señor sol los pesco entrelazados
empelotas sobre las cobijas y de una fue de sapo donde Hefestos, el marido
cornudo y este que era el dios más feo del Olimpo pero el más habilidoso en
trabajos manuales, tejió una red invisible como una telaraña y se la echó
encima a los dos amantes.
Imagínense todos los dioses y semidioses del Olimpo que no
eran más que una parranda de vagos desocupados viendo el espectáculo gratis de
la más linda en cueros con el matón en medio de risas y bromas de doble
sentido. Pues Poseidón, el dios de los mares, que era el papá de la hermosa
Afrodita llegó emberracado y mandó al carajo a los mirones y le dijo a Hefestos
que soltara a su hijita; este la soltó de la trampa y su señor padre la mandó
para la isla de Chipre a rezar en una iglesia que le tenían por esos rumbos.
Y Ares fue a buscar a Alectión, el
encargado de despertarlo y para castigarle ese olvido que le costó ser pescado
infraganti con la muchacha lo convirtió en gallo y su oficio es avisar todos
los días cuando sale el sol.
Edgar Tarazona Angel