lunes, 26 de mayo de 2014

VIDEO; El Rey Midas,Cuenta cuentos


miércoles, 21 de mayo de 2014

EL REY MIDAS. SEGUNDA VERSIÓN




Según la mitología griega Midas  fue un rey de Frigia (antigua región de Asia Menor). Tenía muchas propiedades e inmensas riquezas en joyas, y tesoros artísticos, hasta cuadros de Picasso digo yo (en esa época qué Picasso, es por decir algo). Vivía en un lujoso palacio y uno de sus orgullos era su hermoso jardín de rosas. Pero, sobre todas las cosas materiales del mundo Midas amaba a su hija de nombre Zoe.

Pero lo que son las cosas cuando se trata de seres humanos, lo que lo hacía sentir más dichoso era la posesión de oro y su contacto, hasta se bañaba en este metal como el Tio Rico Mc pato y una de sus distracciones favoritas era contar sus monedas de oro por diversión. Dionisio, el dios del vino y de las fiestas carnavalescas llegó un día sin avisar a Frigia, acompañado por Silenio (dios menor de la embriaguez, algo así como el acompañante buena persona que lleva al borracho a la casa a la madrugada). Estaban muy cansados porque el camino fue largo y culebrero, entraron al jardín de rosas y se quedaron dormidos. Midas los reconoció y los invitó a hospedarse en su palacio.

En agradecimiento Dionisio, le dijo que le cumpliría cualquier deseo, ¿y cuál iba a ser señores…? Adivinaron,  Midas respondió “deseo que todo lo que yo toque se convierta en oro”. Dionisio le dijo, listo mi muchachón, pero espero que lo hayas pensado bien..
Al otro día, Midas comenzó a tocar todo para comprobar si era cierto que  su deseo se había vuelto realidad. Corrió por todas partes tocando cuantas cosas se ponían por delante y todos los objetos se iban convirtiendo en oro.

La dicha le duró hasta la hora del desayuno cuando quiso comer porque comenzando por el tenedor y la cuchara y siguiendo con los platos y alimentos todo se transformo en dorado metal reluciente y hermoso pero poco apetitoso, tocó la copa de vino y zas, lo mismo, las frutas, los panes y los peces todo se volvió de oro; entonces comenzó a llorar a moco tendido como se dice por estos lados y su hija al escucharlo bajó a consolarlo (digo bajó porque se me metió que la alcoba estaba en el segundo piso) y listo, le quedó convertida en una bella estatua de oro en pijama.

Ahí si fue que Midas chilló con más ganas y desesperado le suplicó a Dionisio que le quitara la facultad de convertir en oro lo que tocara. El dios de los borrachos sintió compasión del rey y le dijo que la única  forma de revertirlo era que se lavara las manos en el río Pactolo pero sin jabón porque este se volvería oro y es muy difícil refregarse con una piedra por más oro que sea. Después, cogió una totuma, la  llenó de agua  y se la echó por encima a su hijita Zoe que recuperó su forma normal pero no el sueño.

El resto es moraleja, siempre ponen a este rey como ejemplo de avaricia y de lo que no debemos hacer, es por esto que nunca me gustó el oro, pero también es cierto que cuando bebía invocaba a Dionisio a ver que deseo me concedía pero el maldito nunca acudió
Edgar Tarazona Angel


domingo, 18 de mayo de 2014

EL REY MIDAS. PRIMERA VERSIÓN


De este mito hay varias versiones y les voy a dar las tres más populares
Versión primera:
Es  la que escuchamos desde niños y se encuentra en muchas antologías de cuentos infantiles. Dice que en un lejano país, llamado Grecia, vivía un rey muy codicioso que solo soñaba con las riquezas y el oro; su otro amor era una hermosa hija que amaba sobre todas las cosas pero no por encima de las riquezas terrenales.
Un día se le apareció un genio que le concedió el mayor deseo que tuviera y el rey Midas pidió que todo lo que tocara se convirtiera en oro; el espíritu le concedió el deseo  pero primero le advirtió que lo pensara bien; el rey le confirmó que ese era su deseo. Para comprobar que tenía el poder de transformación empezó a tocar todo lo que se encontraba a su alrededor y, en efecto, las cosas se volvían del metal dorado.
Pero, con el paso de las horas sintió hambre y sed y pidió a sus sirvientes comida y bebida, su sorpresa fue tremenda al ver que el vino, los pasteles, los platos, las copas, las ensaladas, los postres se volvían de oro reluciente. En este momento se dio cuenta de su error y llamó al genio y claro, este no respondió. A sus gritos acudió su hija amada que lo abrazó y al instante quedó transformada en una hermosa estatus del metal precioso.
El rey Midas lloró desesperado y cuenta la leyenda que murió de hambre, sed y dolor porque en pocos días sin comer ni beber su cuerpo se debilitó y su alma dolorida no pudo soportar la pérdida de su amada hija.

Edgar Tarazona Angel

jueves, 15 de mayo de 2014

EL DIOS PAN, DE LOS MIRONES, LOS MÚSICOS Y LAS ORGÍAS

Cuando niño escuche en alguna clase el nombre de dios Pan y pensé que era el Dios de los panaderos, pero no, con el paso del tiempo y la curiosidad por la mitología griega encontré las respuestas.

Este era el Dios de los pastores, era mitad humano y mitad animal y me explico: no de izquierda a derecha con un eje vertical si no de la cintura para arriba casi hombre con cuernos y una barba de chivo; de la cintura para abajo macho cabrío. Todo su cuerpo estaba cubierto de pelo y sus patas terminadas en pezuñas. PAN en griego significa todo; ¿pero todo de qué? Y reflexioné acerca de las regiones donde se acostumbra tener relaciones con animales y me imaginaba campos extensos llenos de centauros que en vez de medio caballo era medio burro o medio mico o media gallina… pero dejemos quieta la imaginación.

Su origen es bastante confuso y hay varias versiones; las dos más afectadas son: la curiosa de  Penélope, la leal y fiel esposa de Ulises, aburrida de esperarlo, dice la leyenda, tiene una relación con el dios Hermes y les salió el Panecito. Otra afirma que es hijo de Zeus y una ninfa pero aparecen varias de ellas en la lista de las posibles. Pero no quiero extenderme en la genealogía del personaje.

Vivía en los bosques en compañía de las ninfas en una gruta del Parnaso llamada Coriciana. Tenía un agudo sentido de la música y tocaba varios instrumentos de viento que son llamados flauta de pan. Uno de ellos es el llamado capador o  zampoña que es una serie de tubos de caña de diferente longitud para lograr las distintas notas musicales; el otro, también de caña, se asocia con las flautas indecisas como la Quina, la ocarina y la siringa, muy comunes entre los indígenas del nuevo mundo y eso que por aca abundaba era la arepa de maíz y no el PAN…

En Roma se le identifica como Fauno con las mismas características del Dios griego. Es una imagen del deseo sexual masculino y los apetitos desordenados, por eso en las bacanales (Por Baco, su compadre) o fiestas Dionisiacas en Grecia (Por Dionisos el dios del vino, compadre de Pan también). Igual  puede ser el Dios de los mirones porque se esconde entre los arbustos a espiar a las ninfas cuando se bañan y luego persigue a uno de a una de ellas hasta alcanzarla para calmar sus apetitos, aunque parece que a ellas no les disgustaba para nada porque feo y todo pero tenía su gracia de la cintura para abajo.

Puede ser también el Dios de los culebreros, los curanderos y los hechiceros porque tiene el Don de curar con hierbas y plantas naturales. Sus habilidades musicales y manuales lo hacen muy atractivo para los campesinos de la época y para los jóvenes enamorados que creen encontrar filtros  mágicos para someter a sus caprichos a las jóvenes campesinas.

Pero sus conquistas o violaciones no se limitan a las ninfas, también asaltaba muchachas campesinas desprevenidas y muchachos; el tipo se adelantó a nuestra época y era bisexual, pero ahora que me acuerdo en algunas clases anteriores hable de Hércules que tenía la misma costumbre y si me atengo a la historia parece que en Grecia este tipo de relaciones no era mal visto y todos los grandes pensadores y militares de la época tenían amantes femeninos y masculinos. O sea que le daban por parejo a las dos carnes.
Pan representaba a toda la naturaleza salvaje. De esta forma, se le atribuía la generación del miedo enloquecedor. De ahí la palabra pánico que, en principio, significaba el temor masivo que sufrían manadas y rebaños ante el tronar y la caída de rayos. Mis queridos lectores, deje de escribir porque en algún momento me entro un miedo pánico pero ya se me salió. Hasta la próxima.
De mi libro Mitología Griega con humor
Edgar Tarazona Angel