viernes, 20 de noviembre de 2015

ASCLEPIO, EL DIOS DE LOS MATASANOS Y CURALOTODO, HASTA LA MUERTE



Asclepio para los griegos es más conocido como Esculapio, el patrono de los médicos, curanderos, teguas y otros aprendices del difícil arte de mandar gente al otro mundo o de recuperarlos para que sigan sufriendo en esta, este segundo nombre es romano. Los griegos le tenían mucha fe y era un dios venerado en Grecia en varias ciudades. El famoso Hipócrates, padre de la medicina dicen que era descendiente de este dios.
Como cualquier culebrero de pueblo que se respete se representaba con serpientes enrolladas a un bastón, de ahí nace el símbolo de la medicina que, para que aprendan mis estimados muchachos, se llama “Bastón o vara de Esculapio”, cuando adolescente yo pensaba que era porque los médicos lo esculan a uno con las inyecciones. Pero sigamos con Asclepio, un gran conocedor de yerbas medicinales y muchos secretos de curación que lo llevaron hasta a resucitar muertos, así como lo oyen.
Pero de donde salió Asclepio? La historia es bien curiosa; por un lio de faldas el dios Apolo mató  a Ischis y Artemisa a Coronis (no me pregunten de ese chisme porque nos enredamos), pues Apolo que sentía un gran amor por Coronis sacó de su vientre a Asclepio antes de que su cuerpo ardiera en la pira funeraria, como eran los funerales de esa época. Se lo entregó al centauro Quirón para que lo criara y este le enseño todas las artes curativas.
El muchacho no solo creció en cuerpo sino, también en sabiduría y era capaz de devolver vida a los muertos; iba a decir que resucitar muertos pero ustedes podrían decir que nadie resucita vivos, que pendejada. Como siempre hay envidiosos en todos los países y en todas las épocas, nuestro padre Zeus sintió rabia, celos y envidia por el éxito de Asclepio y lo mató con un rayo. Dicen que subió al cielo y se convirtió en un dios, el que acabo de contarles, de la medicina y los curanderos. Dicen también que su esposa y otros familiares heredaron poderes sanativos, no sé, a mi cuando me duele algo, en vez de rezarle a san Asclepio más bien tomo un Dolex Forte.