A nosotros nos metieron en la cabeza
la imagen de unas mujeres muy lindas con medio cuerpo de mujer y medio de pez;
para que nos entendamos: del ombligo hacia arriba una chica hermosa con unos
pechos exuberantes y de la cintura de para abajo un pez bastante apetitoso, de
manera que si uno se las encuentra no sabe qué parte comerse. Es por molestar,
en la Odisea se las muestra como seres de voces melodiosas que atraen a los
navegantes para devorarlos; Ulises ordena a sus marinos taparse los oídos con
cera y que a él lo amarren al mástil para poder escucharlas, el resto está en
el libro para que lo lean. Lo cierto es que con sus cantos incitan a los
hombres para llevarlos a la muerte. Unos dicen que los devoran y otros que
simplemente hacen naufragar los barcos para que se mueran sus tripulaciones. Siempre
se encuentran en lugares muy rocosos y de difícil navegación.
En realidad en su origen son seres
con cuerpo de pájaro y rostro de mujer y cumplen una función funeraria que es
la de llevar las almas de los muertos al Hades; en la época clásica se asimilan
a otras deidades acuáticas y por derecha resultan entre el mar, en una isla del
mar Mediterráneo y es esa la leyenda que ha llegado hasta nosotros, la que se
hizo popular en todo el mundo y símbolo de muchas cosas. En Dinamarca en Copenhague,
para más señas hay una sirenita en la entrada del puerto y es símbolo de la
ciudad; en Valledupar, Colombia, también tiene su estatua en el rio Guatapurí y
hasta Disney le hizo película basada en un cuento de Hans Christian Andersen. Y
los músicos y pintores no se quedan atrás, ¿qué les verán?
Como sea, es una deidad que se
encuentra en varias mitologías y con diferentes formas, pero la que las hizo
famosas fue la que aparece en el libro de Homero y que popularizaron la
literatura, el cine y la televisión. Porque hasta hay películas con este
personaje como SPLASH. No sé cómo sería casarse con una sirena porque yo por lo
menos no sabría qué hacer en la luna de miel, ustedes que piensan.