EL REY MIDAS. OREJAS DE BURRO
Midas, por donde se le mire nunca se le representa
como una persona demasiado inteligente. Sólo piensa en las riquezas materiales
y sin querer ofender a nadie la inteligencia de hacer dinero no es una de las
que pasan a la historia. En la historia antigua, exceptuando tal vez a Mecenas
y a Craso, pocos ricos son recordados, o sino díganme ustedes cinco, en cambio
filósofos, guerreros, gobernantes si.
Tras la muerte de Orfeo, Dionisos dejó Tracia. Su guardián
Sileno, borracho y feliz como siempre, se perdió por el sendero y unos
agricultores lo llevaron ante Midas. El
rey, fan de Dionisos los reconoció y
organizó un banquete en su honor, pero no banquete de los de ahora con tres o
cuatro tristes y chichipatos platos, no señor, diez platos diferentes.
Dionisos quiso agradecer el gesto de Midas y le
concedió tres deseos. Midas deseó que todo lo que tocase se convirtiese en oro.
El deseo se cumplió y muy pronto se vio rodeado de lujo y tesoros pero la dicha
le duró hasta que quiso comer y todo se convertía en el dorado metal. Incluso
el vino, un don de Dionisos, se convertía en oro líquido al tocar sus labios.
Entonces, Al darse cuenta de que así estaba condenado
a morir de hambre y sed, Midas le pidió su segundo deseo, que le quitara el
toque de oro. Así lo hizo Dionisos, que le ordenó lavarse las manos en el río
Pactólo, y desde esa época se encuentra oro en ese río, vayan y lo comprueban
mis muchachos.
Después de su curación a menudo pasaba los días al
aire libre, Midas se convirtió en un devoto seguidor de Pan, ¿lo recuerdan? dios
de la naturaleza que había conseguido tal virtuosismo con la flauta que llegó
un momento en que se atrevió a retar a un concurso nada menos que a Apolo, para
demostrar quién era mejor. Midas estuvo presente en el concurso y se mostró
incondicionalmente entusiasmado ante la actuación de Pan. Pero a continuación
Apolo interpretó una pieza magistral que convenció a Tmolus para darle el
premio. Todos estuvieron de acuerdo con la decisión menos Midas, Apolo se puso
tan furioso ante tanta estupidez que convirtió sus orejas en las de un burro.
Midas, decidió desde entonces cubrirse la cabeza con el
gorro de Frigia y no sé si de allí nació
la idea de colocarlo en nuestro escudo nacional, por lo de tapar orejas de
burros. Sólo su peluquero conocía su defecto y estaba obligado a guardar el
secreto, pero el hijuemadre no pudo
resistir el peso del secreto e hizo un
agujero en la tierra en el que susurró que Midas tenía orejas de burro. Después
de quitarse ese peso de encima, tapó el agujero y regresó a casa. En el sitio
donde contó el secreto brotaron unos juncos que repetían sus palabras cada vez que soplaba el viento y
así todo el mundo pudo saber que el rey tenía orejas de burro….
No sé si después les cuente mas de Midas, yo ya me aburrí
y no quiero aburrirlos a ustedes.
Edgar Tarazona Angel
https://mitologiagriegaconhumor.blogspot.com
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