lunes, 27 de junio de 2011

PROMETEO ENCADENADO



Como ya cogí impulso y no puedo parar, les prometo un ensayo, con todas las de la ley, con todos los dioses de la mitología griega pero en este estilo humorístico. No sé si les agrade, pero mientras el administrador de EL RINCÓN DE LOS ESCRITORES no diga lo contrario y alguno me lea, seguiré gozando con este trabajo.

El suplicio de Prometeo

El Olimpo es una montaña griega, y en esta montaña ubicaron los antiguos griegos el conjunto residencial de los dioses. Allí también había estratos pero no socioeconómicos, ni se lo imaginen, se dividían en otras jerarquías que ya nombré en un artículo anterior y en la cual no quiero insistir, por ahora, porque se me van y no esperan la explicación.
Prometeo fue un gran benefactor del género humano. Un buen tipo, según los cánones actuales, Pero, igual que ahora y siempre, desobediente con las personas mayores. Por eso su padre Zeus le tenía una bronca terrible. Bueno, por ahora no quiero meterme en la genealogía de los dioses, porque hay varias versiones de la paternidad de Prometeo y en esa época no existía la prueba de ADN, entonces dejemos así por ahora.
La primera gran desobediencia se debió a la repartición de un buey (o güey como dicen los mexicanos).Cuando hizo la partición en dos partes en la primera puso el cuero, las vísceras y la carne; en la otra los huesos recubiertos de grasa apetitosa. Dejó que Zeus eligiera cual de las dos porciones apetecía y este eligió la de la grasa; cuando el viejo se dio cuenta del engañó se llenó de ira y se las guardó para más tarde. Ese es el origen de quemar los huesos en los sacrificios a los dioses y la carne si se la comen.
Qué cosa, siempre resulto saliéndome del tema. Pues Zeus quedó con resentimiento con Prometeo a causa de este engaño y como castigó dejó a los hombres si el fuego, entonces Prometeo, que había sido expulsado del Olimpo, subió a robarlo y lo cogió del carro de Helios (otros afirman que de la herrería de Hefestos y lo bajó en una antorcha para entregarlo a los humanos que morían de frio. Para vengarse Zeus ordenó a Hefestos que hiciera una mujer de arcilla y la llamó Pandora (la de la caja. A propósito, la etimología de Pandora dice que significa= la que todo lo da. En conclusión, en nuestra época existen muchas Pandoras) y se la entregó a Epimeteo, hermano de Prometeo, el resto ya se lo conté.
Lo de la caja y las calamidades que de ella salieron lo hizo Zeus para vengarse de la humanidad, ahora faltaba desquitarse de Prometeo y el viejito se ingenió un cruel tormento. Recuerden que en su condición de dios, Prometeo era inmortal, de manera que Zeus ni modo de mandarle sicario a que lo diera de baja. ¿Qué hizo?... ordenó a Hefestos que lo encadenara a una roca en el Cáucaso (cordillera de Europa) para que durante el día un águila le devorara las entrañas. Ahí no para la venganza; llegando la noche el pajarraco se iba y a Prometeo le volvían a crecer las tripas. Al otro día volvía la maldita a destrozarle el vientre y devorarle el hígado y demás asaduras. Y así eternamente…
Uffff, me dolió la panza de solo pensarlo. Pues como dice el refrán, “no hay mal que dure cien años ni estómago que lo resista”, Heracles (Hércules), pasaba por ahí rumbo al jardín de las Hespérides y le clavó una flecha al pájaro y liberó a Prometeo del suplicio. Después les cuento el enredo tan hijuemadre porque Hércules también era hijo de Zeus y estaba desobedeciendo a su papá (su papá de él), pero como tenía que cumplir otras tareas, Zeus lo dejó sano para el futuro joderlo (esa es otra historia).
Así fue liberado Prometeo pero con la condición de llevar un anillo metálico unido a un trozo de roca donde estuvo atado. En agradecimiento con su medio hermano (que relajo ¿no?), le reveló el secreto para apoderarse de las manzanas del Jardín de las Hespérides.

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